Como cada cuatro años, ya estamos inmersos en unos
nuevos Juegos Olímpicos, los de Río de Janeiro.
Los Juegos Olímpicos modernos se inspiraron en los
que ya se celebraban en Grecia 8 siglos antes de Cristo.
El Barón de Coubertin, en 1894, fundó el ComitéOlímpico Internacional, origen de los juegos de la época moderna. Los primeros
se celebraron en Atenas en 1896.
El lema olímpico es “Citius, altius, fortius”,
locución latina que significa “más rápido, más alto, más fuerte”. Sus ideales
se expresan en la siguiente frase: “Lo
más importante en los Juegos Olímpicos no es ganar sino participar, al igual
que la cosa más importante en la vida no es el triunfo sino la lucha. Lo
esencial no es haber vencido sino haber luchado bien”.
Si bien, al principio, los Juegos se caracterizaban
por tener un interés meramente deportivo, fue bajo la presidencia del español
Samaranch cuando los Juegos comenzaron a buscar patrocinadores internacionales
que trataron de vincular sus productos con la marca olímpica.
La mayoría de nuestros lectores ya saben lo que
ocurre cuando hay “dinero de por medio”.
Es por eso, precisamente, que las últimas elecciones
de sedes olímpicas han generado muchas dudas acerca de la justicia al
otorgarlas o la “compra de votos” a
parte de los miembros del C.O.I. que eligen las sedes.
Sin duda la idea es buena, en la época de los
antiguos juegos los diferentes países se daban una tregua y dejaban de “hacer
la guerra”.
La idea original que ha quedado, en mi opinión,
desvirtuada.
1º.- El afán de conseguir medallas hace que muchos
países participen en un dopaje masivo,
recordemos los casos de la antigua República Democrática Alemana o actualmente
los de Rusia.
Todo les parece valer con tal de conseguir medallas
fraudulentas y promocionar el “poderío” deportivo de sus países.
Todo dopaje va en detrimento de los deportistas honrados, quienes se dopan
son “tramposos” y deberían avergonzarse de sus actos.
2º.- En ocasiones han sido utilizados
“políticamente” o “económicamente”.
Recordemos Berlín 1936 con Hitler y su supremacía
blanca. Se negó a entregar personalmente la medalla de oro a Jesse Owens por
ser…negro!.
Moscú 1980, boicot de los EEUU y muchos más países a
acudir a Rusia.
Los Ángeles 1984, respuesta de Rusia y sus países
satélites, boicot a los Juegos en Estados Unidos como represalia.
Atlanta 1996. En la ciudad de la Coca-Cola, todo
quedó impregnado con esta marca de bebidas refrescantes. Puso mucho dinero para
poder llevarse los Juegos a su sede.
Salt Lake City, Juegos de Invierno, seis miembros
del C.O.I. expulsados por haber sido “comprados
sus votos” para otorgar la sede.
3º.- Esos son solo unos pequeños ejemplos de que los
Juegos Olímpicos no son todo lo limpio que parecen, utilizan a los magníficos
deportistas para darles “migajas” y llevarse
los “grandes premios” los miembros del C.O.I., eso si, no hace falta que se
sacrifiquen con duros entrenamientos, solo con “poner la mano” algunos tienen más que suficiente.
En definitiva, me gusta mucho ver por televisión
imágenes de los Juegos, creo en los
deportistas y disfruto con los premios que obtienen gracias a su esfuerzo.
Pero no creo en esos personajes que, utilizando algo
tan maravilloso como es una gran competición deportiva, se “alimentan
económicamente adjudicando ciudades sede según “ofrezcan beneficios”.
Deporte: SI pero Negocio: NO
Desgraciadamente, ambos, deporte y negocio, están
unidos a los Juegos Olímpicos.
Suerte a la Delegación Española.
Por Diego Gutiérrez de Ávila.
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