En un país donde históricamente nos dividimos en dos
mitades antagónicas, no hay duda de que hay una persona que suscita la
confianza general de toda la ciudadanía española, se llama Rafa Nadal: El presidente deseado.
Sigo con especial interés su carrera desde sus
comienzos. Siempre me sorprendió, desde que era solo “un niño”, la sensatez y humildad con la que hablaba.
Y se ve que, con el paso de los años y de grandes triunfos, su carácter y
humildad no ha cambiado en absoluto.
Para ser un
gran campeón no solo tienes que ser un gran deportista, sino también una gran
persona.
En este país, donde muchas veces estamos huérfanos
de personas en las que creer, sin duda Rafa
Nadal, el presidente deseado, es alguien en quien creemos, oigo hablar a la gente, les escucho, y
jamás he oído a nadie decir nada negativo de este gran deportista y persona.
Un consejo
para este gran campeón:
Rafa, cuando
dejes el tenis, dedícate a la política, ¡seguro que sacarías mayoría absoluta!.
(Y convencido de que lo harías mejor que muchos de los que tienen la política
como su “profesión”).
Gracias a ti,
y a nuestros deportista olímpicos, por darnos tantas alegrías a un país que en
los últimos años solo recibía decepciones.
Por Diego Gutiérrez de Ávila
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